sábado, 28 de agosto de 2010

Había una vez...

Había una vez una serie de procesos VITALES... A saber:
Cuando hay unión se CRECE...
Cuando hay unión se COMPARTE...
Cuando hay unión se gesta el sentimiento más maravilloso de esta Via Láctea de la cual somos parte... EL AMOR...


UNANSE...

MIXTURENSE...

CREZCAN...

COMPARTAN...

DISFRUTEN...

SANEN HERIDAS...

CUIDEN...

CONSUELEN...

DEN ABRAZOS...

AMEN...

(Y... AMÉN.)


Empecemos con una sonrisa...

En la vida hay momentos chiquitos de felicidad y aveces no nos damos cuenta de lo que valen. Cada uno de ellos forma parte del hilado que construímos en la vida sin darnos cuenta, tal vez... Nada es casual, lo que sucede y lo que no, está escrito.
No reneguemos de lo que suceda, tampoco de lo que se es. Todo forma parte de un todo básicamante, y valga la redundancia... Y que valga nomás!
Siento que la verdadera felicidad está en las pequeñas cosas dentro de la inmensidad del mundo emergente.
Aprender, esa es la cuestión.
Quizás aveces es necesario volver al cauce, a la esencia misma de nuestro ser, a la raíz de lo que somos realmente. Ese quizás sea el camino para estar más cerca de lo sensible del ser y de ser... Quizás aveces esto represente el camino cuando uno se siente desorientado... Quizás se puede empezar palpando en el fondo de los recuerdos, rememorando esas cosas que nos solían brindar energía y acudir a ellas o por qué no a probar con nuevas experiencias de esas que nos despiertan curiosidad... Las endorfinas son como la salvia de la felicidad enfrascada en estos cuerpos humanos que llevamos. Les aseguro que nos hacen más felices, y a la vez más auténticos porque se liberan con el verdadero gozo.
Buscar la felicidad en la vida no creo que sea el camino... Quizás sea más vital hacer que el camino de la vida sea la mismísima felicidad...
Por eso, se recomienda: acostumbre subir las comisuras de sus labios y si quiere mostrar sus dientes hágalo. Empecemos con una sonrisa...