lunes, 30 de julio de 2018

Fluir

Animarse.
Salir a recorrer las veredas del mundo.
Dejar huellas, transitar.
Sentir fluir el aire, respirar.
Hedonizarse y hedonizar.
Disfrutar agónicamente los placeres del buen vivir.
Saborear un vino, descubrir sabores y sus capas.
Hacer de la casa un hogar.
Hogar que envuelve de abrigo,
Elegir, elegirme...
Compartir, compartirme...
Plantar, plantarme...
Embarrarse las manos para dar larga vida a los pulmones de la tierra.
Reirse de pavadas, reirse de uno mismo.
Dejarse ser, dejar ser.
Alimentar los cinco sentidos...
Cocinar para nutrirse.
Cocinar para las comuniones divinas alrededor de la mesa.
Soñar por soñar. Y no cuesta nada.
Sonreir, transitar la vida con una sonrisa...
Emocionarse con la música, con el arte.
Meditar, meditarse.
Sentir de cerca la tierra.
Disfrutar de cada día, cada noche, cada instante.
Jugarse.
Jugar como niños.
Aprender a decir que sí a todo motor de nuestros deseos.
Dejarse bañar con la calidez solar.
Dejarse llover en las tormentas.
Dejarse ser.
Pensarse.
Nada más placentero que dejarse ser.
Nada más conectado, que conectar con el aquí y ahora.
Nada más atinado que pensarse y amarse para conectar con la melodía del vivir.
Nada más atinado que amarse a uno mismo como producto de la evolución para amar a los otros.
Y como dice Cerati: "Fluir sin un fin más que fluir..."